miércoles, 26 de octubre de 2011

Soledad a la deriva

Bueno, sobre este texto no puedo decir nada porque ya está todo dicho en él.



La lluvia repiqueteando en la ventana. Las cortinas pasadas y las luces apagadas. Una película en blanco y negro. Gritos mudos que rompen el silencio.
Siempre pensé que estarías a mi lado, llevándome de la mano a descubrir el mundo, a asombrarme de nuevo con las cosas que ya conozco.
Siempre pensé que no permitirías que nada ni nadie nos separase, que seguirías enseñándome a ser tu niño cada día.

Pero no todo sale como lo hemos planeado, ¿verdad? Te fuiste sin decir adiós, exhalaste tu último aliento en la más angustiosa soledad. La culpa me reconcome por dentro. Como un enjambre de termitas haces pedazos las maderas que me sujetan a la cordura. Me dejas a la deriva, como una vieja barca sin patrón, con el mástil partido y el timón caído. Con las velas rasgadas y el casco hendido no puedo más que esperar mi última tormenta que me lleve al fondo del mar.

Pero qué difícil es olvidarte, y que imposible resulta recordarte. Atrapado entre la espada invisible y la pared inevitable siento el frío acero acercarse a mi garganta. Tus recuerdos, tus ojos fríos sin vida, tu piel dura como el más frío glaciar, el aroma a formol que te envuelve y la fina seda de los que han dado el paso te envuelve. Tu última imagen graba surcos invisibles en mi corazón, en mi mente y en mi ser con un fuego que no se puede extinguir. La congoja, la añoranza y la culpa han decidido instalar su campamento base en la cima de la montaña que es mi vida.

Intento recordarte andando, sonriendo o cantando. Intento recordar tus bromas, tus fotografías o nuestras excursiones. Intento recordar tus consejos, tu forma de vida. Intento recordar tus ojos, tu boca, tu voz. Pero no hay más que una gran negrura en esta película llamada Nosotros.
Ahora ya no puedo andar erguido, ya no puedo mirar al frente con orgullo. No soy más que un cojo de piernas sanas, un tuerto que no ha perdido visión, un manco que escribe con ambas manos.
Tu partida sin regreso me ha dividido. Has borrado una parte de mí importante, la parte de mí que me ha hecho ser como soy y que no puedo recuperar.

Y me siento perdido. Perdido por no saber hacía donde ir al no saber de donde vengo. Perdido por no tener más que soledad que me acompañe en mis paseos. Perdido por no tener una voz que me reconforte en los malos momentos y de el consejo acertado cuando más se requiere su servicio.
Perdido porque un hijo sin padre es como una película sin cinta, como una canción sin música o un libro sin palabras.

Así que este es el final, tu final, nuestro final. No es un hasta luego, un hasta mañana o hasta la próxima. Es un hasta siempre, es un ha sido un placer. Es un adiós, es el último adiós. Así que, estés donde estés, solo puedo pedirte una cosa. Espérame, espérame por favor, guárdame un sitio a tu lado hasta el día en que se le acabe la arena a mi reloj y pueda, al fin, volver a verte. Mientras tanto, seguiré viviendo la vida que tú me diste, por mí, por ti, pero sobretodo, por nosotros.

7 comentarios:

  1. Emocionante... creo que debes haberte quedado bastante a gusto al escribir esto. De nuevo tengo que calificar uno de tus textos como precioso pero éste especialmente, por su significado y por lo que para ti significa. Amargo, cargado de sentimiento... Felicidades por un fantástico texto Andreu.

    ResponderEliminar
  2. Es muy bueno. Hay cosas que se pueden pulir, pero es muy bueno y además, estás dentro. No te has dejado a ti fuera e insisto en esto porque quiero que veas que la persona que tu padre hizo de ti sigue en ti, aunque no te lo creas.
    Me gusta especialmente el final.
    Un beso enorme ;)
    te quiere siempre...

    ResponderEliminar
  3. Bea: Gracias señorita. La verdad es que sí que me he quedado a gusto nada más terminar. Triste, pero a gusto, aunque aún quede mucho por decir.

    B.V.: Princesa, gracias por haber podido pasarte :) Ya me dirás que pulirías, que siempre se puede aprender algo. Y sí, TENÍA que ponerme dentro del texto, hubiese sido...frío no haberlo hecho. Te quiero a ti también ;)

    ResponderEliminar
  4. Ha sido precioso leerlo, James... No puedo decir más. Ya has sufrido suficiente, a partir de ahora sólo se puede ir hacia arriba, ¿no te parece? ;) Disfruta de lo que tienes por delante, que sabes que es mucho.
    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  5. :O Sigues viva!!!!! Ya creía yo que algún orco te habría pisado al ser tan pezqueñina.

    A ver si algún día te conectas y nos ponemos al día, ¿te parece?

    ResponderEliminar
  6. Sigo viva, aunque estoy en un curso del Paro de 9 a 2:30, y trabajo por las tardes (incluyendo findes)... así que llevo unas semanas moviditas y horrorosas u.u A ver si un día de estos saco tiempo de unas puñetera vez para mantener una conversación mínimamente decente contigo.
    Un abrachucho y feliz año!

    ResponderEliminar
  7. Feliz año a ti también, y al lagartejo también! Espero que os vaya todo genial, y sí, espero de todo corazón que consigas sacar un rato aunque sea por la noche para conectarte al msn o al skype si tienes y ponernos al día.

    ResponderEliminar