martes, 4 de octubre de 2011

El Síndrome Belerofonte - Capítulo 1.1 (Beta-WIP)

Antes de nada, decir que en el post inferior tenéis el prólogo actualizado y, en principio, terminado. Según vaya actualizando partes os iré avisando en el último post escrito.
A continuación os dejo ya con el comienzo del primer capítulo:


CAPÍTULO 1

Todo estaba listo. Tras varias semanas de preparaciones, discusiones y disgustos burocráticos. Tras varias semanas de carreras matutinas y nocturnas. Tras varias semanas de preparaciones físicas y psicológicas exhaustivas, el día de embarque había llegado.

Aún no podía creerlo. Toda su vida había soñado con poder salir al espacio. Que grandiosos parecían aquellos viajes que mostraban las holopantallas de las calles de Neopetra. Siempre esos anuncios extravagantes, con mucha gente sonriente. Toda aquella parafernalia de crear un nuevo futuro, de salvar a la humanidad, al final terminaban por introducir dicha idea en tu cabeza y en darte cuenta ya estabas soñando con viajes espaciales y ser un héroe mundial.

De esa forma tan simple se encontró con 19 años estudiando en la universidad la especialidad de nanomedicina y biorobótica. No fue una época fácil. La pérdida de su padre aquel mismo año le hizo plantearse las cosas desde otro punto de vista y cambiar su forma de ver la vida. Quizás fué aquello lo que le impulsó total y definitivamente a orientar su futuro a la robótica y la medicina. Que mejor manera de curar las enfermedades de la gente que mediante implantes mecánicos que no degenerasen con el tiempo. Que mejor manera de curar la pérdida de tejido cerebral y de capacidades cognitivas que mediante nanorobots, pequeños microordenadores del tamaño de un glóbulo rojo pero capaces de almacenar toda la memoria de un ser humano y sus conocimientos en la mitad de su disco duro. ¿Y si podía hacer que las personas potenciasen sus capacidades cognitivas, su memoria, su inteligencia, su capacidad de observación, asimilación y aprendizaje? ¿Hasta dónde podría llegar entonces el límite humano?

Con 23 años había terminado la carrera licenciándose con honores y con un proyecto de fin de carrera que le permitió ganarse aquel puesto en el transbordador IS Achelon, la nave espacial de investigación, búsqueda y rescate más avanzada y preparada de la historia de la humanidad.
Desde que era pequeño, su padre, que había trabajado como ingeniero de metafísica en la creación del IS Achelon le había estado hablando de las maravillas de aquella nave. Decía que era como ver lo mejor y más nuevo de Neopetra en una nave espacial. Zonas hospitalarias, de investigación, de entrenamiento, de descanso. En su mente el IS Achelon era como el Arca de los dioses.

Terminó de preparar su equipaje, que aunque importante, era relativamente escaso. Unas cuantas prendas de ropa favoritas, sobretodo heredadas de su padre. Su pequeño portátil, su plataforma portátil táctil o como las llamaba todo el mundo, su PPT, la navaja multiusos de su padre, el carnet de identificación, su e-book y, aunque mucha gente se reía de él, su arcaica cámara de fotos. Se había negado a jubilarla pese a ser una Reflex de hacía mas de 150 años. Para él era muy especial y por nada del mundo se desharía de ella.

Con la mochila cargada a la espalda abrió la puerta, se dió la vuelta, y echó un último vistazo a la que había sido su casa durante los últimos 4 años. Que pequeño y vacío parecía ahora su apartamento. Pequeño, vacío y sobretodo, frío. Puede que esa fuese la impresión que le diese a todo el mundo cuando recibía visitas, pero para él había sido su pequeño rincón donde evadirse, trabajar y recordar el pasado. Con un suspiro y una caricia al pequeño marco de la puerta cerró y paso su mano por el sensor para cerrarla, seguramente, por muchos años. Se tomó un último momento para despedirse por dentro, y echó a andar por el pasillo. Atrás quedaba su pasado, y frente a él, un futuro que aún estaba por descubrir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario